El pez payaso vive entre los tentaculos de las anemonas
Ejemplos de simbiosis
El pez payaso puede tener muchos colores diferentes, según su especie, como el amarillo, el naranja, el rojo y el negro. La mayoría tiene detalles blancos. Son peces pequeños, el más pequeño mide entre 7 y 8 cm de largo y el más largo 17 cm.
Los peces payaso se encuentran en aguas cálidas, como el Mar Rojo y el Océano Pacífico, en arrecifes o lagunas protegidas, viviendo en anémonas. El pez payaso se alimenta de pequeños invertebrados y algas, así como de los restos de comida que deja la anémona.
El pez payaso sobrevive en una relación simbiótica de ayuda mutua con la anémona. La anémona protege al pez payaso de los depredadores y le proporciona restos de comida. A cambio, el pez payaso utiliza sus brillantes colores para atraer a los peces hacia la anémona, donde los mata el veneno de la anémona y se los come. El pez payaso también fertiliza la anémona con sus heces.
El pez payaso es un pez social que se comunica mediante chasquidos y chasquidos. Viven en grupos de peces macho con una hembra dominante, un macho dominante y un grupo de machos más pequeños. El macho dominante asegura su posición aprovechando las mejores oportunidades de comida. Si la hembra del grupo muere, el pez macho dominante se convertirá en hembra permanente y el mayor de los machos más pequeños se convertirá en el siguiente macho dominante.
Pez payaso
El planeta Tierra está habitado por millones de especies. Dado que diferentes especies suelen habitar los mismos espacios y compartir -o competir por- los mismos recursos, interactúan de diversas formas, conocidas colectivamente como simbiosis. Existen cinco relaciones simbióticas principales: mutualismo, comensalismo, depredación, parasitismo y competencia.
Para explorar estas relaciones, consideremos un ecosistema natural como el océano. Los entornos oceánicos son conocidos por su diversidad de especies. Imagina que estás en una expedición de buceo para explorar los mundos bajo las olas. Si estuviéramos en las aguas cálidas de los océanos Pacífico o Índico, probablemente veríamos un excelente ejemplo de mutualismo: la relación entre el pez payaso y las anémonas de mar. En una relación mutualista, ambas especies se benefician. Las anémonas de mar viven adheridas a la superficie de los arrecifes de coral. Atrapan a sus presas con unas células urticantes llamadas nematocistos, situadas en sus tentáculos. Los nematocistos liberan toxinas cuando un pequeño animal entra en contacto con el tentáculo de la anémona. Esto paraliza al animal picado, lo que permite a la anémona introducirlo fácilmente en su boca para ingerirlo.
Relaciones simbióticas en el ser humano
Las anémonas de mar son animales marinos depredadores del orden Actiniaria. Reciben su nombre de la anémona, una planta terrestre con flores, por el aspecto colorido de muchas de ellas. Las anémonas de mar se clasifican en el filo Cnidaria, clase Anthozoa, subclase Hexacorallia. Como cnidarios, las anémonas de mar están emparentadas con los corales, las medusas, las anémonas tubícolas y las hidras. A diferencia de las medusas, las anémonas de mar no tienen una fase de medusa en su ciclo vital.
Una anémona de mar típica es un único pólipo unido a una superficie dura por su base, pero algunas especies viven en sedimentos blandos y unas pocas flotan cerca de la superficie del agua. El pólipo tiene un tronco columnar rematado por un disco oral con un anillo de tentáculos y una boca central. Los tentáculos pueden retraerse dentro de la cavidad corporal o expandirse para atrapar a las presas que pasan. Están armados con cnidocitos (células urticantes). En muchas especies, la alimentación adicional proviene de una relación simbiótica con dinoflagelados unicelulares, las zooxantelas, o con algas verdes, las zoochlorelas, que viven dentro de las células. Algunas especies de anémonas de mar viven en asociación con cangrejos ermitaños, pequeños peces u otros animales en beneficio mutuo.
Relaciones simbióticas
El planeta Tierra está habitado por millones de especies. Dado que diferentes especies suelen habitar los mismos espacios y compartir -o competir por- los mismos recursos, interactúan de diversas formas, conocidas colectivamente como simbiosis. Existen cinco relaciones simbióticas principales: mutualismo, comensalismo, depredación, parasitismo y competencia.
Para explorar estas relaciones, consideremos un ecosistema natural como el océano. Los entornos oceánicos son conocidos por su diversidad de especies. Imagina que estás en una expedición de buceo para explorar los mundos bajo las olas. Si estuviéramos en las aguas cálidas de los océanos Pacífico o Índico, probablemente veríamos un excelente ejemplo de mutualismo: la relación entre el pez payaso y las anémonas de mar. En una relación mutualista, ambas especies se benefician. Las anémonas de mar viven adheridas a la superficie de los arrecifes de coral. Atrapan a sus presas con unas células urticantes llamadas nematocistos, situadas en sus tentáculos. Los nematocistos liberan toxinas cuando un pequeño animal entra en contacto con el tentáculo de la anémona. Esto paraliza al animal picado, lo que permite a la anémona introducirlo fácilmente en su boca para ingerirlo.
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Hola, soy Estibaliz Latorre licenciada en Biología por la Universidad Autónoma de Madrid.