Razas de caballos en españa


El caballo clydesdale

Antiguas raíces en el sur de España – Hasta hace poco, la cría de caballos se concentraba en el sur de España, sobre todo en el exuberante delta del río Guadalquivir, en el corazón de Andalucía. De ahí que el caballo haya adquirido el título de “andaluz”, ampliamente reconocido. Aquí, durante milenios, los caballos han corrido salvajes, descendientes de los equinos ancestrales que vagaban tanto al norte como al sur del puente terrestre preglacial que unía España con el norte de África. Con la separación de los continentes, estos caballos aborígenes evolucionaron hasta convertirse en dos razas distintas con una ascendencia y unos factores evolutivos comunes, el caballo de Berbería y el caballo español. Ambas razas son fuertes, unidas y ágiles, capaces de prosperar en terrenos tan variados como las altas y ásperas laderas de las montañas y los cinturones bajos y pantanosos de los deltas costeros. Ambas razas son de sangre caliente.

Como todos los caballos de sangre caliente, el caballo de Pura Raza Española es fogoso y valiente, pero siempre atento a los deseos de su jinete con un alto grado de inteligencia. Esta “violencia no violenta” que posee ha hecho que el Caballo Español sea constantemente deseado como caballo de guerra durante miles de años. Desde los cartagineses de la España costera del siglo VI a.C., famosos por sus unidades de caballería mercenaria, hasta las todopoderosas cohortes romanas que sacaban más de un tercio de sus monturas de la provincia de Hispania, se exhortaba al valor y la fuerza del Caballo Español.

  Cuadros de caballos en lienzo

Caballo belga

Los caballos españoles abarcan una gran variedad de razas. Para ofrecer una visión general, presentaremos una lista de sus principales características. Con esta información, podrá reconocer un P.R.E. de pura raza, identificar otras razas y comprender por qué es útil solicitar una prueba de raza a través de la ANCCE para el P.R.E.

Cuando se piensa en los caballos nobles españoles, inmediatamente vienen a la mente términos como “andaluz” o “P.R.E.”. Asimismo, el P.S.L., el Cruzado o el Lusitano son términos y razas que se mencionan a menudo en relación con los caballos españoles. Sin embargo, y a pesar de compartir una denominación común, existen diferencias significativas entre cada una de estas razas, que te mostraremos a continuación.

Muchas personas sitúan al P.R.E. y al andaluz al mismo nivel. Sin embargo, hay diferencias significativas entre ambos. Mientras que los P.R.E. son caballos de pura raza española, un andaluz es un caballo con pedigrí español, pero en el que al menos uno de los padres no está registrado en ANCCE y/o no está homologado. Por tanto, el caballo no puede ser inscrito en ANCCE y, por tanto, no recibirá la documentación que lo acredita como P.R.E., más allá de su correspondiente pasaporte equino.

El tiro holandés

Esta raza está considerada como una de las más antiguas del mundo; se remonta a los tiempos del rey Salomón. Tal opinión es popular entre los hippófilos, pero recientes investigaciones basadas en el análisis del ADNmt muestran su origen heterogéneo. Al mismo tiempo, probablemente nadie pueda cuestionar la noble apariencia del caballo árabe. Las principales peculiaridades de la belleza árabe son la cara abombada y bien formada, el cuello largo y arqueado y el porte naturalmente alto de la cola. Principalmente, son de color gris, castaño, bayo, ruano y negro.

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“Un regalo del desierto”: esta raza equina es conocida por su resistencia. Aunque es un emblema nacional de Turkmenistán, sólo hay 8.000 ejemplares en el mundo, de los cuales un millar se encuentran en Ashgabat. El cuello largo y fino y la cabeza grande y ancha hacen que este caballo tenga un aspecto exclusivo y bastante exótico. Esta raza equina se presenta en diferentes colores, pero lo que la hace única es su pelaje metálico, resultado de una estructura especial del pelo.

Este caballo fue criado en Inglaterra para participar en carreras. Alcanza una velocidad cercana a los 40 km por hora en pleno galope. Al mismo tiempo, el Pura Sangre cumple con el salto, la doma y la caza. Fuera de las pistas, los Pura Sangre suelen convertirse en exquisitos caballos de monta o de conducción, que requieren un plan de cuidados único. Esta raza destaca entre las demás por su cuello largo, su cabeza cincelada con ojos muy separados y su espalda corta. Los caballos Pura Sangre tienen todos los colores sólidos del arsenal con uno adicional conocido como palomino.

Appaloosa

El caballo Spanish-Barb tiene su origen en los caballos andaluces y españoles Jennet, traídos a Norteamérica por los exploradores españoles en el siglo XVI. Tanto el andaluz como el jennet evolucionaron a partir del caballo Barb del norte de África, que fue traído a la Península Ibérica tras la invasión musulmana de España en el año 711. En América, el caballo Spanish-Barb era más frecuente en las zonas de asentamiento español, en el sureste y el suroeste. En el sureste, el Spanish-Barb proporcionó la base de los caballos indios Chickasaw y Choctaw. La sangre chickasaw desempeñaría un papel importante en el desarrollo del caballo cuarto de milla americano. En el suroeste, se convirtieron en el caballo de los primeros vaqueros españoles y, posteriormente, mexicanos, y pasaron a formar la base de las manadas de Mustang salvajes del oeste.

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Con el paso de los años, el Spanish-Barb estuvo a punto de ser absorbido por la población general de caballos. La supervivencia de la raza en la actualidad se debe a la cría dedicada, pero a pequeña escala, llevada a cabo por unas pocas familias y rancheros. Desgraciadamente, se llevaban pocos registros y no se intentó registrar este raro y único caballo hasta la creación de la Asociación de Criadores de Spanish-Barb en 1972.