Caracteristicas internas de las aves


búhos

La anatomía de las aves, o la estructura fisiológica de sus cuerpos, muestra muchas adaptaciones únicas, la mayoría de las cuales ayudan a volar. Las aves tienen un sistema esquelético ligero y una musculatura ligera pero potente que, junto con los sistemas circulatorio y respiratorio capaces de alcanzar tasas metabólicas y de suministro de oxígeno muy elevadas, permiten al ave volar. El desarrollo de un pico ha llevado a la evolución de un sistema digestivo especialmente adaptado.

Un esqueleto de paloma estilizado. Clave: Anatomía externa (topografía) de un ave típica: Las aves tienen muchos huesos huecos (neumatizados) con puntales o armazones entrecruzados para su resistencia estructural. El número de huesos huecos varía según la especie, aunque las aves grandes que planean y vuelan suelen ser las que más tienen. Los sacos de aire respiratorio suelen formar bolsas de aire dentro de los huesos semihuecos del esqueleto del ave[1] Los huesos de las aves buceadoras suelen ser menos huecos que los de las especies no buceadoras. Los pingüinos, los colimbos[2] y los frailecillos carecen por completo de huesos neumatizados[3][4] Las aves no voladoras, como los avestruces y los emús, tienen fémures neumatizados[5] y, en el caso del emú, vértebras cervicales neumatizadas[6].

características de los pájaros para los niños

Las aves son endotérmicas y, como vuelan, requieren grandes cantidades de energía, lo que hace necesario un alto índice metabólico. Al igual que los mamíferos, que también son endotérmicos, las aves tienen una cubierta aislante que mantiene el calor en el cuerpo: las plumas. Las plumas especializadas, llamadas plumones, son especialmente aislantes y atrapan el aire en los espacios entre cada pluma para disminuir la tasa de pérdida de calor. Ciertas partes del cuerpo de un ave están cubiertas de plumas de plumón; la base de otras plumas tiene una parte de plumón, mientras que las aves recién nacidas están cubiertas de plumón.

Las plumas no sólo actúan como aislantes, sino que también permiten el vuelo, permitiendo la sustentación y el empuje necesarios para volar. Las plumas de un ala son flexibles, por lo que las plumas colectivas se mueven y se separan cuando el aire las atraviesa, reduciendo la resistencia del ala. Las plumas de vuelo son asimétricas, lo que afecta al flujo de aire sobre ellas y proporciona parte de la fuerza de elevación y empuje necesaria para el vuelo. En las alas hay dos tipos de plumas de vuelo: las primarias y las secundarias. Las primarias están situadas en la punta del ala y proporcionan empuje. Las plumas secundarias están situadas más cerca del cuerpo, se adhieren a la parte del antebrazo del ala y proporcionan sustentación. Las plumas de contorno son las que se encuentran en el cuerpo. Ayudan a reducir la resistencia producida por el viento durante el vuelo, creando una superficie suave y aerodinámica que permite que el aire fluya suavemente sobre el cuerpo del ave para un vuelo eficiente.

pingüinos

La anatomía de las aves, o la estructura fisiológica de sus cuerpos, muestra muchas adaptaciones únicas, la mayoría de las cuales ayudan a volar. Las aves tienen un sistema esquelético ligero y una musculatura ligera pero potente que, junto con los sistemas circulatorio y respiratorio capaces de alcanzar tasas metabólicas muy altas y de suministrar oxígeno, permiten al ave volar. El desarrollo de un pico ha llevado a la evolución de un sistema digestivo especialmente adaptado.

Un esqueleto de paloma estilizado. Clave: Anatomía externa (topografía) de un ave típica: Las aves tienen muchos huesos huecos (neumatizados) con puntales o armazones entrecruzados para su resistencia estructural. El número de huesos huecos varía según la especie, aunque las aves grandes que planean y vuelan suelen ser las que más tienen. Los sacos de aire respiratorio suelen formar bolsas de aire dentro de los huesos semihuecos del esqueleto del ave[1] Los huesos de las aves buceadoras suelen ser menos huecos que los de las especies no buceadoras. Los pingüinos, los colimbos[2] y los frailecillos carecen por completo de huesos neumatizados[3][4] Las aves no voladoras, como los avestruces y los emús, tienen fémures neumatizados[5] y, en el caso del emú, vértebras cervicales neumatizadas[6].

garzas

La anatomía de las aves, o la estructura fisiológica de sus cuerpos, muestra muchas adaptaciones únicas, la mayoría de las cuales ayudan a volar. Las aves tienen un sistema esquelético ligero y una musculatura ligera pero potente que, junto con los sistemas circulatorio y respiratorio capaces de alcanzar tasas metabólicas muy altas y de suministrar oxígeno, permiten al ave volar. El desarrollo de un pico ha llevado a la evolución de un sistema digestivo especialmente adaptado.

Un esqueleto de paloma estilizado. Clave: Anatomía externa (topografía) de un ave típica: Las aves tienen muchos huesos huecos (neumatizados) con puntales o armazones entrecruzados para su resistencia estructural. El número de huesos huecos varía según la especie, aunque las aves grandes que planean y vuelan suelen ser las que más tienen. Los sacos de aire respiratorio suelen formar bolsas de aire dentro de los huesos semihuecos del esqueleto del ave[1] Los huesos de las aves buceadoras suelen ser menos huecos que los de las especies no buceadoras. Los pingüinos, los colimbos[2] y los frailecillos carecen por completo de huesos neumatizados[3][4] Las aves no voladoras, como los avestruces y los emús, tienen fémures neumatizados[5] y, en el caso del emú, vértebras cervicales neumatizadas[6].

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